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Que los ritos nos acompañen



Por: Héctor González.


¿Te has puesto a pensar si tienes algún rito? Celebres o no tu cumpleaños ¿Por qué es una fecha que tienes presente? Si profesas alguna religión ¿A qué se debe que ores, medites o te persignes?


Es más, si reparas unos segundos verás que muchas de las fiestas en las que participamos son antes que otra cosa, rituales (bautizo, bodas, graduaciones).

A partir de que asumimos el lenguaje como forma de expresión una de las primeras maneras de relacionarnos y comprender el mundo es por medio de los mitos y ritos. No le falta razón al crítico Northrop Frye, cuando nos dice que el rito es la manifestación o representación en un acto del mito.


Desde la Educación imaginativa el rito guarda estrecha relación con la comprensión mítica, es decir aquella que nos permite relacionarnos con el mundo desde una perspectiva casi binaria y sí, muy general, aunque no por ello menos importante y necesaria.


En su libro La desaparición de los rituales (Herder), el filósofo coreano Byung Chul-Han nos dice que “los rituales se pueden definir como técnicas simbólicas de instalación en un hogar. Transforman ‘el estar en el mundo’ en un ‘estar en casa’”. Así pues, la comprensión mítica es precisamente la que desde la infancia nos da las bases de lo que más adelante definirá cuestiones tan importantes como la identidad o la capacidad para discernir entre lo que está bien y lo que está mal. Si bien solemos atribuirle a la palabra “rito” un carácter místico o religioso, lo cierto es que es ante todo un proceso formativo. Solo habría que matizar. Un simple acto de repetición no es un rito, Byung-Chul Han nos dice también que algo que los distingue es la carga emotiva y de cohesión que les atribuimos, pero a su vez también de deseo o de rechazo. Un ritual siempre tendrá un matiz aspiracional.


¡Concursa con nosotros!


¿A qué nos referimos con esto? Aquí un ejemplo propio de la temporada y que implica particularmente a México. Seguro sabes que para los aztecas morir no siempre implicaba sufrimiento y más si caían en combate. El Mictlán se suponía, era el lugar al que iban quienes dejaban de habitar el mundo terrenal, pero para llegar hasta ahí hay que atravesar distintas etapas. A fin de crear un sentido de pertenencia e identidad poderoso, durante la Conquista y producto del mestizaje, la Iglesia Católica fusionó la creencia con el Día de los Fieles Difuntos y el Día de Todos los Santos. Al hacerlo crearon una de las festividades fundacionales de nuestra cultura y una de las más distintivas de los mexicanos: el Día de Muertos. La fuerza emotiva que produce la fecha es tal que diría Byung-Chul Han, fomenta comunidad. Una vez asumido esto coincidirás con nosotros en que sin los ritos asumidos por medio de la comprensión mítica es casi imposible tejer lazos, puentes entre individuos y sociedades. Como sabrás y probablemente has experimentado a lo largo de tu vida, los ritos son mutables y elásticos. Cambian con el tiempo y conforme lo hacemos nosotros mismos cambiamos. Ahora, por ejemplo, producto de la pandemia muchos cementerios estarán cerrados más eso no significa que en casa no pongamos ofrendas para hacer referencia a los difuntos.


Por cierto, todavía estas a tiempo para que participes en nuestro con concurso La visita de las monarca y compartas con nosotros aquellos cambios y/o ritos, que has experimentado durante el confinamiento y la pandemia. En esta misma página encontrarás las bases para participar. ¡Te esperamos!





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